Dedicado a Gloria Ríos Vega
Pirque:
pueblo lleno de belleza
Rosa Caro
El
mismo puente día a día.
Te
miro y no puedo dejar de conmoverme.
Agradezco
porque tan solo existes,
mas
aún no he podido recorrerte.
Causas
un placer que embriaga.
Llena
de ostentación saboreo tus viñedos,
En todo eres hermosura.
Aire
que libera mis pulmones
y
dispersas mis tristes emociones.
Allí, la gente campesina,
que
aguarda en el tiempo
los
meses de vendimia,
cantores,
payadores.
La
tierra se ilumina
cuando
todos peregrinan.
Por
las noches tu silencio, grillos,
las
aves están dormidas
y
a ratos el Raco despeina
a
los árboles centenarios.
Caen
las hojas y besan tus pies divinos.
El
viento cálido te susurra al oído
el
amor que te profesa,
las aguas cristalinas que bajan por tus venas
tan
gélidas rauda al mar, su destino.
Grandes
rocas fueron creadas
y
los siglos fueron poniéndolas
una
a una en el río, sus orillas
como
si fueran niñas,
bañándose
en días de primavera.
Deseo
caminarte
y
no morir sin conocerte.
Quiero
recorrerte,
paso
a paso.
Descansar
en tus verdes hierbas,
dejar
que el tibio sol me cobije.
Sentirte en mi
piel canela.
Te
he escuchado en la noche más oscura.
Tus
palabras en torrentes me bañan.
Te
vierto en mis hojas, te difundo, te publico.
No
me canso en dedicarte
mis
más profundos poemas .
Antes de desembocar directamente en las palabras del poema que introduce el
presente trabajo, desde un comienzo debo señalar que uno de los objetivos del
proyecto es enseñar, con la ayuda de una redacción sencilla, algunos conceptos básicos utilizados en los
estudios literarios. Uno de éstos es el hablante lírico, el cual se define como la voz ficticia que
entrega emociones, sentimientos y
pensamientos a través del lenguaje. Por ningún motivo debe confundirse con el poeta, quien corresponde al ser humano
que escribe el poema. La misma tarea debe realizarse con los conceptos de narrador y autor debido
a que el primero corresponde al ser
ficticio que relata los hechos que le ocurren a un personaje (puede ser el
mismo) en un espacio y tiempo determinados, mientras que el segundo es quien
escribe el cuento, la novela, la fábula, etc. Como puede inferir, el hablante
lírico y el narrador corresponden a una de las tantas creaciones del poeta y
del autor, respectivamente.
Para
aclarar la exposición del párrafo anterior, permítaseme la libertad de citar
algunos ejemplos. Si yo, quien escribe, la “persona de carne y hueso”, soy un poeta y escribo los siguientes versos
(¡Que todos me disculpen!) “Te calmo / Estoy tan preocupada / El diablo / Me ha
dejado embarazada” y usted, queridísimo lector, ríe a carcajadas o por lo menos
sonríe, o bien, manifiesta algún sentimiento de desagrado debido a que ha
dudado de mi sexualidad, quiere decir que aún no nos estamos entendiendo y me veré en la grata obligación de
transformarme en un autor, cuyo narrador comienza su relato de la siguiente
manera: “El fin de semana pasado fui con mi familia al planeta Saturno y echamos
una carrera en cada uno de sus anillos”.
Con respecto al poeta, a quien llamaré cariñosamente Jorge Jeria Conus, afirmo
de manera irrefutable que es de sexo masculino, por tal motivo, no posee ni los
óvulos ni los ovarios ni las Trompas de Falopio, entre otros elementos propios
del aparato reproductor femenino, que le permitan quedar encinta. Por mucho que
lo quisiera. Con esto pretendo aseverar que el poeta puede crear un hablante
lírico que corresponda a lo que dicte su imaginación y según las necesidades y
objetivos que persiga puede ser un ente ficticio perteneciente al sexo femenino
como una mujer, o un perro, un gato, un árbol, un molinillo, un automóvil, etc. Lo
mismo diré del autor, pues éste puede crear un narrador que viaje al Amazonas,
al Sol, al Cajón del Maipo o hacia el centro de la Tierra, sin necesidad de
moverse de su escritorio. Simple conclusión y directamente al grano: no debemos confundir
los conceptos… ¡ya!, ¡no me molesten!...
algunos siguen sin comprender… ¡bueno, ya!, ¡cuando quieran les doy un
hijo!.. Un beso para todos ustedes… Ahora, pongámonos serios.
Aprovecharé este espacio que se me ha brindado
para hacer tres aclaraciones: en primer lugar,
que me resulta imposible leer
este texto poético con una actitud meramente estética, sin preocuparme por el
contexto biográfico de Rosa Caro, pues la conozco gracias a las interesantes
conversaciones que hemos sostenido por medio de
Internet, las cuales me han
entregado datos que no puedo omitir a la hora de enfrentarme a su creación,
pues considero que me permitirán dar un sentido más exacto y completo que el
otorgado por una lectura concentrada única y exclusivamente en elementos
estilísticos y temáticos. En segundo lugar, que
para evitar problemas debería pedir disculpas a los lectores y a la
creadora de este texto por mutilarlo, (“destruirlo” dice mi amigo, el poeta
puentealtino Erasmo Dominguez Santibañez ), pero no lo hago porque estoy
completamente seguro de que se leerá como obligatoriamente corresponde, es decir,
en su totalidad, lo cual permitirá entregar un sentido que guiará al lector
hacia nuevos caminos que respaldarán, complementarán, corroborarán o refutarán
lo afirmado no solo en este estudio,
sino en otros que componen esta empresa, ya que los análisis e
interpretaciones que entregaré por ningún motivo se agotarán en el presente
estudio. Por último, y en relación a las dos actividades que llevaré a cabo
para acercarme al poema Pirque: Pueblo lleno de belleza, cabe precisar que estableceré una correspondencia
entre el hablante lírico y su creadora Rosa Caro. Recordará, que más arriba,
por medio de ejemplos, señalé que el poeta, en este caso la poeta o poetisa,
inventa una o más identidades líricas para manifestar perspectivas personales
que por medio de la palabra reproducen deseos, frustraciones y emociones de la
persona real. En este caso, dicha identidad, la veo similar a la de la poetisa
por las asociaciones que verá a continuación:
El primer verso “El mismo puente día a día”,
no nos es difícil suponer que se refiere a la vía construida sobre el río
Maipo, la cual une Puente Alto y Pirque, vale decir, al
puente San Ramón[1].
Como
puede apreciar, desde un comienzo, recurro a la realidad extraliteraria
a partir del verso citado, pues creo que nos habla de manera indirecta de esa
monotonía que forma parte importante de la rutina diaria desarrollada por Rosa Caro para trasladarse
desde Puente Alto hasta la comuna que, con el poder de la palabra se transforma
en el objeto lírico[2] de
su poema, con el objetivo de efectuar
aquellas labores de servidumbre que le permitan aportar con el techo, el
abrigo, la educación y la alimentación de su familia. Efectivamente, en Pirque
ella trabaja como ejecutiva de ventas de lunes a sábado, pero para la creación del
poema y por medio del hablante lírico manifiesta la frustración que siente
todos los días debido a que no puede conocer los infinitos rincones de esta
hermosa tierra[3].
Afirmo lo anterior, porque considero, buscando el motivo, la causa o el motor
de este poema, que su creación literaria obedece a la imposibilidad de
disfrutar empíricamente de Pirque producto del agobio provocado por el ajetreo
laboral. Sin embargo, hay una liberación que le permite escapar de este
esclavizador infortunio, la cual es, según el hablante lírico, insisto en el
concepto, otorgada por la existencia de este mismo lugar, pero, y he aquí lo
vacío del deseo, no encuentra satisfacción, pues no ha podido conocerlo como
quisiera: “No he podido recorrerte”, “Deseo caminarte / y no morir sin
conocerte / quiero recorrerte / paso a paso (…)”.
Uno
de sus anhelos es reposar en esta especie de locus amoenus. Aquí, necesariamente debo detenerme para explicar al
lector no emparentado con los conceptos literarios, que esta palabra latina
corresponde a un tópico que se traduce al castellano como lugar ameno, esto es, un espacio ideal semejante al paraíso del Edén, con ríos
cristalinos que bajan desde las nevadas cordilleras para alimentar a los verdes
valles, en donde reposan los
animales bajo las refrescantes sombras
de los frondosos árboles. Un territorio, se deduce, apto para la reflexión.
Para ejemplificar este tópico literario se recurre frecuentemente al Canto del
personaje Nemoroso creado por el poeta español Garcilaso de La Vega “Corrientes
aguas puras cristalinas / árboles que os
estáis mirando en ellas, / verde prado
de fresca sombra lleno”[4].
No podemos negar la semejanza entre estos versos y los de Pirque: pueblo lleno de bellezas: “las aguas cristalinas que bajan
por tus venas”, “descansar en tus verdes hierbas”. Además, la presencia del río, la flora y la fauna, refuerzan la idea que
nos encontramos con elementos
pertenecientes al locus amoenus.
No cabe duda, de que la poeta realiza, aunque
solo sea en parte, una idealización de
Pirque, pues el principal río, ese que pasa bajo el San Ramón, y que nutre sus tierras, es
oscuro, tal como afirma Benjamín
Subercaseaux: “El Maipo, con la erosión de su corriente, ha carcomido el
terreno, y el puente se lanza de una ribera a otra por encima de unas aguas
turbias y rojizas y que corren allá abajo en lo hondo”[5]. Pero
como señalé, no lo hace en su totalidad, ya que en la realidad extraliteraria,
la comuna que suscita nuestro interés posee aguas cristalinas que le otorgan
connotaciones edénicas. Por ejemplo, en el sector de la Reserva Nacional Río
Clarillo, entre las riquezas de su flora y su fauna manifestadas por las más diversas especies
que existen en el lugar, es posible disfrutar de los lunes, quillayes, peumos,
espinos, maquis, ligues, canelos, arrayanes, guayacanes, cactus, cachuditos, torcas, royaditos, fíos-fíos,
zorzales, tencas y un largo etcétera[6].
Lamentablemente, variedades como éstas
no son mencionadas por el hablante lírico, pues las ignora debido a que no conoce el lugar. Cuando nos
habla de la flora, lo hace solo en forma general: “a los árboles centenarios”.
Sin embargo, existe una excepción,
representada por la presencia de los viñedos, en donde veo un
tratamiento poético más elevado en comparación con el resto del poema: “Causas
un placer que embriaga/ lleno de ostentación saboreo tus viñedos”,
“Allí la gente campesina /que aguarda en el tiempo / los meses de
vendimia / cantores, payadores, /la tierra se ilumina /cuando todos
peregrinan”. Y es lo que realmente merece debido a la importancia de este
paisaje cultural para la identidad de la
zona. En cuanto a la fauna, se reitera
la denominación general “las aves están dormidas” y en forma particular sólo
aparecen esos insectos llamados grillos. Nada más se nos dice al respecto.
En relación a
la hermosura de la comuna, muchos estudiosos hacen hincapié en
ella. Según Carlos Ruiz–Tagle, Pirque es
“Un valle rodeado de altos cerros (…) tiene una naturaleza muy especial y una
botánica de veras atrayente. Las quebradas cuentan con muchos árboles
autóctonos. Los peumales, los quillayes son hermosísimos y los arrayanes
imperan a la orilla del estero”[7].
María Adriana Fernández dice que “El concepto de vegetación rodea al pueblo y se introduce en él, dejando
algunos rincones de mucha belleza. El panorama del lugar –con el cerro por el
sur– la cordillera al Oriente, el río Maipo y campo hacia el Norte y el
Poniente tiene mucho atractivo”[8].
Todas estas características provocan un hechizo en el ser humano que lo lleva a
visitar estas tierras desde hace muchísimos años en forma constante. Algunos
documentos históricos contenidos en la Antología
de Pirque así lo demuestran.[9] Esta seducción también se manifiesta en el
plano ficticio a través de la literatura, por ejemplo en la novela El Chupacabras de Pirque, el personaje llamado Edmundo cuando “quiso alejarse del
ruido y del esmog de la ciudad recorrió casi todo Pirque buscando una parcela
bonita y amplia”[10]
y su protagonista, Ricky, mientras iba “sentado en la parrilla trasera,
disfrutaba del paisaje rural a esa hora tan temprana. El sol se filtraba entre
el follaje de los almendros, los sauces llorones y los plátanos orientales, en
cuyas ramas los pajarillos se encargaban de darle la bienvenida a la mañana con
sus cantos”[11].
Pero volvamos a Pirque: Pueblo lleno de belleza. He afirmado que la poeta, a través de su creación
imaginaria manifestada con las palabras, nos entrega su sueño, el cual consiste
en conocer esta tierra, pero sufre la
destrucción de su expectativa al no
cumplir su anhelado deseo. Este estado se manifiesta, a mi entender, con las
menciones generales que se realizan de
la flora y de la fauna. De esta
ignorancia es autoconsciente, sin embargo, y he aquí la paradoja, están
presentes muchos elementos que caracterizan a Pirque, como el paisaje cultural
que representan sus viñedos, la breve mención de algunos artistas como es el
caso de los payadores y de los cantores
populares y la personificación de ese
cálido viento que, como bien indica Ruiz-Tagle,
“algunos dicen que proviene de la pampa argentina y baja por el Cajón del Maipo para templar el
invierno”[12],
y que despeina a los árboles y le declara su amor a la zona. Pero esto solo lo
mencionaré superficialmente, por dos razones: primero, porque el tema de las
viñas, de los músicos y del Raco merecen estudios especiales que desarrollaré
más adelante y segundo, porque lo importante en este trabajo, lo que en
realidad me interesa por el momento, es buscar el origen de estas tierras para
muchos paradisiacas que inspiran a Rosa Caro para crear un texto poético que las presentan similares a las del locus amoenus, y esto, debido a que el
territorio no siempre ha tenido estas cualidades, pues antes lo conformaban, en
su mayor parte, tierras de secano, es decir, aquellas que no poseen riego, a
excepción de las ofrecidas por las lluvias. Al respecto, Manuel Miquel señala
que la hacienda de Pirque
“(…) era no ha
muchos años inculta, ocupadas sus 3.700 cuadras de terrenos planos por espesos
montes de peumos, litres, quillais, espinos, i labrada solo en aquella
parte donde se podía aprovechar el riego
que la suministraba el riachuelo Clarillo, el cual corría a alguna distancia del
conjunto principal de esta posesión. Este estado de aridez en sus tierras mejor
situadas (…) no provenía de la incuria del propietario sino de la carencia
completa de aguas que regasen i fertilizasen los terrenos secos i enjutos que
eran los que constituían su mayor parte (…)”[13].
Más adelante, se afirma que estas tierras las
limitan las aguas del río Maipo, pero que fluyen por hondas y profundas
quebradas a grandes velocidades,
mientras que Pirque se encuentra en planicies y cerros muy superiores al cauce
del mencionado río. Entonces, cabe preguntarse: ¿qué o quién produjo el cambio
en la zona?, ¿qué o quién transformó las desérticas tierras en maravillosos paisajes con los cuales se deleita un sinnúmero de personas?, ¿alguien lo sabe?
[1]
Erróneamente, algunos llaman a este puente Ramón Subercaseaux. Ver, por
ejemplo, O’Shea Lecaros, Patricia.
Pirque de Hoy y Mañana. En Antología de
Pirque. Ilustre Municipalidad de Pirque. Santiago – Chile. 1982. p. 171.
[2]La persona, objeto, animal, situación,
lugar, etc. que origina los sentimientos manifestados por el ser ficticio En este caso el objeto lírico corresponde a
un lugar llamado Pirque.
[3]
“¿Y el domingo?” Se preguntará el lector. Este día lo dedica a su familia en
Puente Alto. Al acceder al facebook de
Rosa Caro nos damos cuenta de lo importante que es ésta para ella, pero,
obviamente, no se los daré, con el fin de mantener su “privacidad”.
[4]
De La Vega, Garcilaso (1501? – 1536),
Égloga I. En Poesías Completas.
Alianza Ed. p. 80.
[5]
Subercaseaux, Benjamín. Chile o una loca
geografía. Editorial Universitaria. Santiago de Chile. Undécima
edición.1995. p. 114.
[6]
Ver www.pirque.com/rio_clarillo_reserva_nacional.php
[7]
Ruiz – Tagle, Carlos. En “Prólogo de Antología de Pirque”, p.10.
[8]Fernández,
María Adriana. Aspectos de Pirque. p. 20.
[9]
Como puede apreciar no le queda otra opción que leer este libro en forma
completa. Poco a poco iré exigiendo un rol más activo de parte suya.
[10]
Pelayo, Pepe y Betán. El Chupacabras de
Pirque. Alfaguara. Cuarta edición. 2005. p. 10.
[11]
Ibíd. p. 22.
[12]
Ruiz Tagle, Carlos. Op. Cit. pp. 10-11.
[13]
Miquel, Manuel. “El Canal de Pirque”. En Antología
de Pirque. Ilustre Municipalidad de Pirque. Santiago – Chile. 1982. p. 57.
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EliminarAhora sí ... gracias Jorge por el bello e intenso trabajo realizado de Pirque, lugar que nos ha entregado mucha inspiración y alegría, tanto por sus paisajes como por sus guitarroneros y su cultura mitológica.
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